Practicar ejercicio físico de forma regular implica tiempo y esfuerzo. Las recomendaciones de salud pública que se presentan en las Directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física y comportamientos sedentarios en personas adultas (al menos 150-300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o al menos 75-150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa o bien una combinación de ambas a la semana, además de incluir dos días a la semana de ejercicios de fuerza de los grandes grupos musculares a una intensidad moderada), son con frecuencia difíciles de cumplir (p.ej., épocas de exámenes, carga elevada de trabajo en la oficina o en aquellas personas sin hábito de ejercicio que no saben cómo comenzar).
Si eres de los que disfruta ejercitarse acompañado, el ejercicio en grupo puede ser incluso mejor para ti que los entrenamientos en solitario y aquí te contamos por qué.
Otras personas influyen en tus actitudes y respuestas emocionales al ejercicio
Es decir, pueden afectar cómo te sientes con respecto al ejercicio, lo cual es fundamental para determinar si lo haces o no. Conocer a personas que se ejercitan tiende a influir en tus actitudes, pensamientos y sentimientos sobre el ejercicio, además moldea parte de tus normas sociales, es decir, lo que piensas de otras personas que hacen ejercicio y si crees que deberías hacerlo. Si tienes amigos que hacen ejercicio regularmente, comenzarás a percibir el ejercicio como algo más positivo, común, deseable y factible.
Ayudan a mantener el hábito de ejercitarse
Hacer ejercicio con otras personas puede hacer que todo el proceso sea más fácil y habitual. Los amigos pueden ser tu motivación y tu recompensa por hacer ejercicio.
Estar acompañado al iniciar nuevos retos de ejercicio físico puede ayudarte a empezar a desarrollar confianza en tu propia capacidad para llevarlos a cabo, ese decir, incrementa tu autoeficacia (la confianza en ti mismo). Además, no estar en solitario es muy importante para comenzar una nueva rutina de ejercicios, porque el grado de confianza que tengas en tu propia capacidad para hacer esa clase de yoga o probar algún equipo nuevo en el gimnasio predecirá si lo intentarás.
Por último, no descartes el impulso competitivo. Un poco de competencia amistosa proporcionada por tu grupo también puede aumentar la intensidad de tu esfuerzo.
Si eres de los que todavía no se siente preparado de iniciar ejercicio en grupo, tienes que tener en cuenta que “algo de ejercicio” es mucho mejor que nada, cada movimiento cuenta, pequeñas dosis de ejercicio al día pueden reportar grandes beneficios, por lo que recomendamos que al menos incluyas snacks de ejercicio (ráfagas de actividad física vigorosa, de al menos 1 minuto de duración, varias veces al día) en tu rutina diaria. Aquí te ponemos algunos ejemplos:
- Snack de ejercicio I: cuando te vayas a sentar en la silla para estudiar o trabajar, levántate y siéntate de 5 a 10 veces.
- Snack de ejercicio II: mientras esperas que se caliente la comida en el microondas, realiza entre 10 y 15 flexiones en la pared.
- Snack de ejercicio III: cuando estés tumbado viendo una serie o película, haz entre 5-10 repeticiones de elevación de glúteo con las plantas de los pies apoyadas en la cama o sofá.
- Snack de ejercicio IV: cada vez que abras una de tus aplicaciones haz entre 10 y 15 sentadillas.
- Snack de ejercicio V: antes de dormir haz entre 15 y 20 desplantes del salón a la cama o viceversa.
- Snack de ejercicio VI: antes de ducharte haz 3 planchas de 30 a 50 segundos.
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