Las bebidas alcohólicas contienen etanol, una sustancia psicoactiva y tóxica que puede originar importantes riesgos para la salud. En España, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en la población general en todos los rangos de edad.

El consumo de alcohol en jóvenes es algo habitual, según la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), un 21,5 de los jóvenes menores de 12-13 años refiere haberlo consumido en el último mes, si lo comparamos con los mayores de 14 el resultado se sitúa en el 56,6%. Los últimos datos indican que el 1,9% de los jóvenes menores de 12-13 años se ha emborrachado en el último mes y un 20,8% en el colectivo de 14-18 años.

La importancia del entorno

Los factores culturales y sociales influyen directamente en los niveles y hábitos de consumo de alcohol. El nivel socioeducativo, la disponibilidad de alcohol, el nivel de desarrollo económico, la aplicación y el cumplimiento de las políticas sobre el alcohol, son factores determinantes.

Existe un incremento claro de la prevalencia en los jóvenes que ven el consumo de alcohol entre sus progenitores de manera habitual.

A nivel social, el consumo de alcohol está normalizado, lo que puede llevar a banalizar la conducta y, por tanto, a tener una baja percepción de los riesgos asociados a su consumo. Los jóvenes observan el consumo en su entorno social cercano y en el ámbito familiar, lo que confiere cierta normalidad a esta conducta.

Existen múltiples recursos para ayudar a la población a abandonar la adicción al alcohol, pero también es esencial concienciar a la población de la importancia que tiene llevar unos buenos hábitos, ésta es la única medida posible para protegernos de los riesgos que puede originar su consumo sobre la salud.

Consumo de alcohol y daños para la salud

Se sabe que el consumo de alcohol provoca multitud de daños sobre la salud, es causante de más de 200 enfermedades y puede originar graves consecuencias como traumatismos o accidentes.

El consumo de alcohol entre los jóvenes aumenta la posibilidad de desarrollar dependencia o adicción al alcohol en la edad adulta. En los jóvenes es especialmente peligroso, ya que el cerebro en esta edad es muy vulnerable a los efectos del alcohol. Disminuye la capacidad de concentración, la atención, el tiempo de reacción y dificulta la toma de decisiones. Además, el consumo se relaciona con mayor existencia de conductas de riesgo como agresiones, conductas violentas, mantener relaciones sexuales no seguras o bajo rendimiento académico.

El consumo de alcohol en atracón o el binge drinking es una conducta muy habitual entre los jóvenes, el objetivo es consumir la mayor cantidad de alcohol en un corto periodo de tiempo. Esta conducta produce importantes efectos sobre la salud, como intoxicaciones graves, enfermedades cardiovasculares, dependencia, alteraciones neurocognitivas y de maduración, entre otros. Pero también, sobre el entorno, con accidentes, violencia, efectos perjudiciales en el desarrollo neuronal fetal y perinatal. Cualquier ingesta de alcohol, sea consumo puntual o crónico, comporta importantes riesgos para la salud, tanto del consumidor como de su entorno.

Aunque el consumo de alcohol, incluso en niveles bajos, ya es dañino para la salud, los mayores daños vienen derivados del consumo excesivo, bien en momentos puntuales, o bien, de manera continuada.

En este sentido, es esencial desarrollar estrategias de salud pública para concienciar a la población general sobre la relación que existe entre el alcohol y la salud, en especial, a los jóvenes, ya que para ellos la percepción del riesgo es mucho menor, ya que el daño originado sobre su salud se provoca desde el inicio de su consumo y las consecuencias pueden ser fatales para su salud futura.