La Navidad, si bien es una época muy especial desde el punto de vista familiar y social, puede entrañar riesgos para nuestra salud, debido a la frecuencia con la que, durante esos días, los hábitos saludables son sustituidos por costumbres mucho menos convenientes: desde un aumento del consumo del alcohol y el tabaco, al abandono del ejercicio físico o la ingesta de menús y alimentos hipercalóricos.

En general, en estas fechas, nos decantamos por menús y recetas más elaborados, que a menudo incluyen en su composición salsas o ingredientes ricos en grasas y azúcares. Igualmente, son frecuentes los dulces y los postres, así como los aperitivos antes de comer que incluyen frituras o cócteles, poco recomendables.

Las secuelas en nuestro organismo de estos excesos navideños pueden ser notables y tener sus consecuencias más adelante, que muchas veces con los buenos propósitos de Fin de Año no es posible amortiguar, por lo que tenemos que ser previsores desde antes. Por este motivo, os dejamos algunos consejos que nos ayudaran en estas Fiestas a que los excesos no nos pasen facturan.

 

  1. Cocina de manera saludable siempre que puedas.

Intenta cuidarte los días en que no tengas eventos familiares o con amigos. Aprovecha para cocinar al vapor, al horno o a la plancha u disminuye los platos con grasas saturadas. Opta por el aceite de oliva y el pescado azul, por sus propiedades cardiosaludables.

  1. Recuerda tomar frutas, verduras y hortalizas.

Intenta consumir frutas y verduras, así como alimentos ricos en hidratos de carbono integrales. Incluso, si tienes alguna comida fuera de casa, intenta pedir acompañar tus platos con verduras u hortalizas. El consumo de fibra regula el tránsito intestinal, lo que te ayudará a ir al baño, y controla los niveles de colesterol.

  1. No abuses de la sal.

Esta provoca retención de líquidos, además de aumentar el riesgo de hipertensión. Para no restar sabor a las comidas, puedes recurrir al apio, las especias o las hierbas aromáticas. También debes evitar los alimentos precocinados y en conserva o enlatados, debido a su alto contenido en sal.

  1. No repitas postre: huye de los excesos.

Disfruta de turrones, mazapanes y bombones, pero sin pasarte: pruébalos, sólo en la comida o cena de celebración, y no repitas. De esta manera, evitarás el exceso de azúcar. Si es necesario, comparte el postre con otra persona, lo que te permitirá matar el gusanillo del dulce sin abusar de él.

  1. Dulces fuera de la vista entre las comidas.

Para evitar caer en la tentación de picar entre horas, guarda los dulces en un lugar donde no estén captando tu atención constantemente. Mantén, además, la rutina de realizar cinco comidas al día: a media mañana y para merendar, puedes tomar fruta de temporada, que te hidratará y saciará, o frutos secos como las almendras. Típicas en esta época, son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes, y poseen beneficios cardiosaludables, además de ser muy saciantes.

  1. No te agües la fiesta con el alcohol.

Los vinos, el champán, las copas y los licores riegan los eventos navideños, pero abusar del alcohol puede provocarnos la temida resaca, además de que supone una ingesta de calorías vacías e inútiles. Intenta tomarlo únicamente durante la comida e intercalándolo con vasos de agua. Así puedes eliminarlo más rápidamente y evitar la hinchazón y el dolor de cabeza. El cava y el champán resérvalos solo para el momento del brindis. Así mismo, hay que tener cuidado con el exceso de tabaco que suele ir ligado a las copas y momentos sociales de estas fechas; si eres fumador, al menos trata de no incrementar mucho el hábito y ponte la meta de dejarlo lo antes posible.

  1. El agua, más necesaria que nunca.

A cambio, recuerda beber ocho vasos de agua al día. Se trata de un hábito muy beneficioso que debes mantener más que nunca durante las fiestas, pues facilita el tránsito intestinal, hidrata el organismo y previene la deshidratación producida por el alcohol. También puedes ingerir infusiones, sopas y zumos naturales, pero, en la medida de lo posible, evita los refrescos.

  1. Controla tu peso

Tampoco hay que obsesionarse ni pesarnos todos los días, pero sí controlar nuestro peso a lo largo de las fiestas nos puede orientar si nos estamos excediendo más de la cuenta. Un aumento demasiado repentino debería servir de señal de alarma.

  1. Mastica bien y controla los tiempos.

¡No engullas! Come lentamente y mastica bien los alimentos para darle tiempo a los mecanismos de la saciedad a que aparezcan. Comer despacio te permite saborear las comidas y cenas navideñas es un placer para todos, si decidimos masticar más despacio saborearemos cada bocado y a la vez conseguiremos una sensación de plenitud real sin excesos de alimentos.

  1. Sal a pasear con tus familiares y amigos.

Además de hacer mejor la digestión, estaréis realizando actividad física, respirando aire fresco y pasando un rato muy agradable. Pequeños gestos como dejar el coche e ir a comprar los regalos andando o subir las escaleras de nuestra casa en vez de utilizar el ascensor pueden compensar de algún modo los posibles excesos. Recuerda, además, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda practicar al menos treinta minutos diarios de ejercicio físico. No los aparques en Navidad.